"Julieta Silva no siente angustia ni culpa porque cumplió con su cometido", fueron las palabras de la fiscal que investiga la muerte de Genaro Fortunato, el rugbier que murió tras ser atropellado por la joven a la salida de un local nocturno en San Rafael, Mendoza.
La fiscal Andrea Rossi sostuvo durante la audiencia que la voluntad de Silva fue dirigida "a darle muerte" a su novio. "Se percató que estaba en el piso e igual lo atropelló. No se acercó en ningún momento al cuerpo y llamó a la ambulancia porque el cuidacoches se lo exigió", agregó.
Rossi reveló, según declaraciones publicadas por el diario Mdzol, que la mujer "se mostró fría; no siente angustia, ni culpa. Nunca lloró, ni dijo amarlo. Sólo se quebró cuando se enteró sobre su situación procesal".
Julieta es empresaria, jugadora de hockey, tiene 29 años y es madre de dos niños de 5 y 10 años
Por último, la fiscal pidió que Silva continúe detenida en prisión y que no obtenga el beneficio de la prisión domiciliaria. "Existe el riesgo de fuga; tiene los medios para hacerlo, porque tiene parientes en la Patagonia y en San Luis", concluyó.
El hecho se registró a principios de septiembre, cerca de las 6, cuando el rugbier salió de un local nocturno "La Mona", ubicado en calle Hipólito Irigoyen y El Chañaral, de San Rafael, localidad situada a unos 230 kilómetros al sur de la capital provincial.
El cuidacoches que vio la muerte de Genaro Fortunato hundió a la novia del rugbier
Silva se encuentra imputada por el delito de "homicidio doblemente calificado por el vínculo de pareja y su comisión por alevosía" y la pena que podría recibir si es condenada es de prisión perpetua.